El arte de pesca de Almadraba se mantiene prácticamente igual desde hace más de 3.000 años.
Las capturas dependen de la abundancia del recurso y de factores climatológicos como la limpieza, transparencia, temperatura de las aguas, fase lunar, mareas, vientos, etc… sin que se usen sofisticados medios para incrementar artificialmente sus capturas.
Las Almadrabas se comienzan a calar o colocar unos dos meses antes de empezar la temporada de pesca. Es un arte fijo de redes verticales que se sostienen en superficie con flotadores y cuya fijación se hace mediante miles de metros de cables de acero engrilletados a unas anclas.
Al ser un arte fijo y bastante cercano a la costa sólo un pequeñísimo porcentaje de la población total de atunes que migran a través de estas aguas pueden ser capturados por las Almadrabas. De ahí , que la Comunidad científica consideren a este arte como “Observatorio científico” para realizar sus estudios sobre la evolución y abundancia del recurso.
Un arte selectivo
Las capturas de las Almadrabas son compatibles con una pesca responsable, el tamaño medio de los atunes que se capturan oscilan entre los 180-200 Kg de peso y una edad media de 14 años, por ello solo se capturan atunes que han sido reproductores con una larga vida, es decir, estos atunes han ido a desovar al Mediterráneo durante muchos años ( entre 10 y 15 ) y después de haber ejercitado su labor reproductora. Debido a la época de pesca y al tamaño de las mallas de la red , no se producen capturas por debajo de los 70 Kg.
El sistema asegura que no se produce ningún daño a las grandes poblaciones de cetáceos que habitan estas aguas, al tratarse de un arte completamente abierto.